Dando perspectiva al sufrimiento.

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La motivación primordial del ser humano, además de alimentar su propia vida desde acciones con propósito que la enriquezcan y contribuyan a su desarrollo personal, también se basa en la interacción y en el cuidado de los otros, lo cual permite cultivar la dimensión trascendente/espiritual que dota de sentido el existir. La compasión y la empatía hacia aquellos que enfrentan dificultades y sufrimiento también juegan un papel fundamental en este proceso. Al cuidar y apoyar a quienes atraviesan momentos de sufrimiento, creamos un vínculo humano más profundo y significativo, y encontramos un propósito más grande en nuestras acciones y relaciones. Así, la conexión con los demás y la compasión hacia su sufrimiento también enriquece nuestra propia existencia y nos impulsa a trascender hacia un sentido más profundo de propósito y bienestar compartido.

A través de dichas acciones, buscamos afianzar nuestros valores los cuales, como lo planteó el Dr. Viktor Frankl, creador de la logoterapia, son categorias universales de sentido definidas como:

  • Valores vivenciales: conexión con vivencias a través de relaciones con personas, el arte y la naturaleza
  • Valores creativos: crear algo para el mundo o trabajar por diferentes causas
  • Valores actitudinales: tomar posturas en situaciones difíciles y/o de sufrimiento no susceptibles de ser modificadas

“Para que pueda ser, he de ser de otro, salir de mí, buscarme entre los otros, los otros que no son si yo no existo, los otros que me dan plena existencia, no soy yo, no hay yo, siempre somos nosotros”.

Octavio Paz, fragmento del poema Piedra del Sol

En momentos de crisis, de angustia, duelo o enfermedad, muchas veces nos quedamos en la situación misma, sin contemplar otras salidas, lo que acentúa aún más la soledad emocional y el vacío existencial, sin comprender que lo que nos falta como especie, es justamente comprometernos con actos que nos llenen de sentido, entregarnos a una misión en particular, como lo es, poner al servicio de otros nuestras experiencias y realidades, que apoyen y faciliten la recuperación de sus propias situaciones adversas.

Tenemos entonces, la capacidad de elegir la forma de relacionarnos con las experiencias vividas a pesar de las condiciones en que se presenten, aprender de ellas, brindando este conocimiento a muchos otros, desarrollando comportamientos que fortalezcan los valores vivenciales, creativos y actitudinales y contribuyendo tanto a la construcción de culturas de cuidado y de sociedades más humanas y compasivas, como a la valiosa oportunidad de ir más allá de nosotros mismos, y de lo que nos sucede, saliendo del “egocentrismo” para mirar y dirigirnos a otros desde lo mejor que tenemos, haciendo algo para alguien, o entregándonos a una causa orientada a mitigar el sufrimiento.

En este contexto, queda una invitación latente para que a nivel individual o grupal se generen iniciativas, orientadas a escuchar, acompañar, contener y validar las dificultades y los duelos de tantos seres humanos que lo requieren, de tal forma que el servir se convierta en una motivación constante que nutra la existencia, y especialmente permita canalizar el propio dolor desde una perspectiva holística; independiente del género, la profesión o condiciones de vida, siempre podremos ampliar la mirada empezando con pequeños pasos que contemplen a nuestros seres queridos: familia, compañeros de trabajo, amigos, para luego extrapolar a otros escenarios.

que es el sufirmiento

¿Que es el sufrimiento?

El sufrimiento es una experiencia humana que involucra dolor, angustia, aflicción o malestar emocional y/o físico. Es una sensación o estado en el cual una persona experimenta un grado de incomodidad o dolor que puede ser causado por diversos factores, como eventos traumáticos, pérdidas, enfermedades, conflictos interpersonales, entre otros.

El sufrimiento puede manifestarse de diferentes maneras, tanto a nivel físico como emocional. Puede ser resultado de dolor físico debido a lesiones o enfermedades, o bien puede ser provocado por tristeza, ansiedad, miedo, desesperanza o cualquier otra emoción negativa a nivel emocional.

Es importante destacar que el sufrimiento es una experiencia subjetiva y personal, lo que significa que cada individuo puede experimentarlo de manera única, y lo que puede ser muy doloroso para una persona puede no serlo tanto para otra.

El sufrimiento es una parte inevitable de la condición humana, pero también es una oportunidad para aprender, crecer y desarrollar empatía hacia los demás. A lo largo de la historia, filósofos, religiones y corrientes de pensamiento han reflexionado sobre el significado y la naturaleza del sufrimiento, y han propuesto diferentes enfoques y formas de manejarlo. Algunas personas encuentran consuelo y fortaleza en su fe, mientras que otros buscan el apoyo de amigos, familiares o profesionales para enfrentar y superar el sufrimiento.

En TRINIDAD estamos comprometidos con un equipo multidisciplinario a fomentar los PEBRES y que se conviertan, en líderes del cuidado y acompañamiento de otros y de sí mismos, potencializando sus experiencias y afianzando herramientas que permitan la creación de vínculos que reparen y sanen en doble vía, al igual que la continuidad de su labor en el tiempo.  

EQUIPO TRINIDAD

Marta Cecilia Restrepo / Santiago Arjona

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