Generalmente, cuando se habla de salud, pensamos en aquello que está asociada al cuerpo, a la ausencia de enfermedad o al sentirnos bien, como indicadores de que nos encontramos en condiciones óptimas. Sin embargo, este concepto va mucho más allá de la dimensión corporal o física y se extiende también a las otras dimensiones que nos constituyen como seres humanos: la mente, el mundo emocional, nuestras relaciones, nuestra espiritualidad.
¿Qué es Salud Integral?
La salud integral entonces se relaciona con todo aquello que nos pasa en nuestra cotidianidad y con las formas en que enfrentamos los desafíos: la manera en que nos relacionamos con nuestros pensamientos, en que gestionamos nuestras emociones, la forma en que nos relacionamos con nuestro cuerpo en hábitos como la alimentación, el deporte, el movimiento, hábitos de sueño y rutinas de descanso; también tiene que ver con las formas en que nos relacionamos con otros y establecemos relaciones, con el contenido e información que consumimos… Y muchas otras cosas… Al final tiene que ver con la manera en que vivimos y nos comportamos.
Como verás, “la salud no solo implica ausencia de enfermedad, significa acciones preventivas para mantenerla” (OMS) e invita al trabajo para generar bien-estar físico, emocional y social de un individuo, impulsando así las habilidades de cada persona como ser único.
Todos nosotros tenemos la capacidad de cultivar nuestra salud integral, lo cual significa trabajar para desplegar nuestro potencial de autocuidado, así como desarrollar hábitos que nos ayuden a vivir de manera más consciente, atenta y responsable.
¿Crees que vale la pena aprender a vivir mejor con todo lo que te pasa y así mismo aumentar tu calidad de vida y bien-estar?
Consejos de Salud Integral
A continuación te compartimos algunas recomendaciones generales para desarrollar prácticas que favorecen y aumentan tus estados de plenitud, bien-estar y ayudan a la prevención de estados emocionales y mentales estresores que se convierten en desencadenantes de enfermedad.
- Practica una disciplina deportiva que favorezca el movimiento de tu cuerpo, la distensión de articulaciones, músculos y órganos. Recuerda que la acumulación de tensiones aumenta la probabilidad de que aparezcan diferentes dolencias y molestias que a largo plazo pueden desencadenar en enfermedades.
- Desarrolla actividades que permitan la libre expresión de tu ser y que te ayuden a canalizar tus estados emocionales y mentales: te recomendamos pintar, manualidades, tocar algún instrumento o cualquier actividad que consideres, te permite jugar y experimentar con tu creatividad.
- Fomentar en tu cotidianidad prácticas trascendentes que favorezcan la conexión con tu ser profundo: yoga, oración, meditación, contacto con la naturaleza, enfoques atencionales en percibir cómo respiras y estás vivo, experiencias enfocadas en la gratitud y la compasión pueden ser algunas de ellas.
- Desarrolla pausas activas con consciencia: no es lo mismo parar de hacer una actividad y pasar a otra, que darte un espacio con total atención para distensionarte y realizar una actividad que te permita liberar el estrés acumulado. La consciencia en lo que haces es lo que marca la diferencia en cualquier actividad.
- Escritura espontánea donde anotes cada noche cómo te sentiste durante el día, lo que aprendiste, así como los compromisos que puedes adoptar para mejorar en diferentes aspectos de tu vida: el autoconocimiento es fundamental para construir una salud integral.
Y recuerda, si consideras que necesitas apoyo para trabajar a mayor profundidad contigo mism@, podemos acompañarte en este camino, escríbenos aquí.
Santiago Arjona Pachón
Director estratégico Trinidad