En diferentes momentos de la vida anhelamos nuestro crecimiento en múltiples áreas vitales que nos permitan aumentar nuestra sensación de bien-estar y calidad de vida. Al finalizar cada año, nos reunimos con personas significativas de nuestro núcleo cercano y a través de diferentes rituales y simbolismos plasmamos esas intenciones para poder alcanzar las metas y objetivos propuestos. Estos deseos están cargados de buen ánimo, alegría, inspiración y la mejor energía que favorezca su materialización y desarrollo.
Si traemos a nuestra mente la imagen de una vasija, podemos notar que para que pueda recibir nuevos contenidos, debe pasar por un proceso de descarga o limpieza que favorezca la bienvenida de todo lo nuevo que llega. Como personas constantemente nos encontramos en estas dinámicas entre cargar y descargar, soltar y tomar, dejar atrás e ir por lo nuevo, pero debemos preguntarnos ¿qué tan conscientemente realizamos estos procesos?.
Para aumentar nuestra capacidad de conectar con propósitos significativos, debemos reconocer el flujo que permite anclarlos con mayor consciencia, presencia y energía vital, y para ello es esencial revisar lo que está vigente para abrir espacio a lo que está en nuestro horizonte.
A continuación, te compartimos tres ejercicios que pueden ayudarte con este proceso y que puedes sumar a tu caja de herramientas para el crecimiento y desarrollo personal:
- Cierre de ciclos: haz una pausa en tu actividad cotidiana, destina un espacio para estar de 10 a 15 minutos a solas, libre de cualquier ruido o interrupción. Pon en silencio tu móvil, ubícate en una silla cómoda. Alista papel, lápiz y una vela.
Prende tu vela como una representación de encender tu consciencia y atención interior. Cierra tus ojos y lleva tu atención al cuerpo, con la intención de relajarlo y ponerlo cómodo sin entrar en un estado de somnolencia.
Enfoca tu atención en la respiración, dándote cuenta como estás inhalando y exhalando de manera natural. Tómate un momento para percibir esto y cuando sientas que estás en un estado de mayor tranquilidad, es tiempo de realizar 5 respiraciones profundas y lentas inhalando por la nariz y exhalando por la boca de manera lenta. Esto te ayudará a un mayor nivel de atención y concentración.
Ahora permítete hacer una revisión personal del año que acaba de pasar, identificando escenarios y experiencias que fueron significativas para ti: trata de visualizar tu año como si fuera una película que se va presentando por escenas o momentos. Ve tomando fotografías mentales de lo que allí se presenta para utilizarlas más adelante.
Date cuenta cómo aparecen experiencias y situaciones agradables y felices, pero también te invitamos para que puedas observar todos aquellos retos, desafíos y situaciones difíciles que acontecieron. También tómale una fotografía mental a éstas. Por desagradables o molestas que hayan sido, tienen grandes mensajes y aprendizajes para tu crecimiento.
Observa el impacto que tuvieron (o tienen) estas experiencias en tu mente, pero también lleva tu atención al cuerpo y a tus emociones para identificar la carga afectiva que te generaron.
Cuando hayas hecho todo este viaje, toma de 3 a 5 respiraciones lentas y profundas nuevamente inhalando por la nariz y exhalando por la boca, moviendo lentamente tu cuerpo y preparándote para abrir tus ojos.
- Preparando el cambio: toma una hoja en blanco. Divídela en 4, trazando una línea vertical por la mitad y otra horizontal por la mitad. Cada uno de ellos va a representar un trimestre del año: el primero de enero a marzo, el segundo de abril a junio, el tercero de julio a septiembre, y el cuarto de octubre a diciembre.
Teniendo presente aquellas situaciones que pudiste revisar en la introspección, escríbelas teniendo en cuenta la periodicidad en el tiempo en que fueron presentándose en tu año. No es necesario poner fechas específicas, pero ubícalas con los rangos trimestrales.
Una vez registrados todos los eventos y experiencias, anota en cada uno de ellos tres aspectos: los aprendizajes que tuviste con estos eventos y situaciones, los recursos personales que utilizaste para poderlos resolver, y la invitación que te dejan para afrontar futuras experiencias. De ser situaciones que aún no se han resuelto, escribe qué falta para resolver y qué necesitas para darle conclusión o cierre, pues éstas deberían ser parte de tu plan para el nuevo año.
- Proyectando con propósito: Ahora, una vez revisados los aprendizajes, los recursos que tienes para afrontar situaciones y aquello que aún debe ser resuelto, es momento de plantear las intenciones para el 2023, teniendo presente la siguiente frase: “intenciones sin acciones, son ideas sin manifestaciones”. Esta frase lo que traduce es que detrás de cada intención o deseo, deben existir acciones puntuales que te acerquen a cada uno de ellos y de esta manera cultivar el movimiento acompasándote con los ritmos que la danza de la vida tiene para mostrarte.
Divide otra hoja en dos partes. En la parte izquierda anota tus propósitos e intenciones para el año que tienes por delante; recuerda incluir aquellas situaciones que revisaste y aún están pendientes del año anterior. Luego, en la parte derecha de la hoja, vas a anotar aquellos compromisos y acciones que estas dispuesto a asumir con base en tus propósitos. Para esta tarea, te compartimos la siguiente fórmula que te permitirá hacerlo de una manera mucho más consciente y efectiva:
QUÉ + CÓMO + CUÁNDO + DÓNDE + CON QUIÉN (ES) = ACCIONES EFECTIVAS
Qué = la acción que se va a realizar con base en el propósito
Cómo = la manera en que esa acción puntual se va a realizar
Cuándo = Periodo de tiempo particular en el que se desarrollara la acción. Aplica para acciones únicas o para acciones que deban repetirse
Dónde= el espaciomás adecuado y propicio donde se realizará esa acción
Con quién (es)= si para esas acciones necesitas de personas, deben anotarse también. Si solo te necesitas a ti, te anotas solo a ti
A continuación un ejemplo que te sirva de guía:
Propósito para el año: cuidar de mi salud
Voy a cuidar mi salud física (es el qué), disminuyendo la cantidad de consumo de dulce (el cómo), tomando bebidas sin azúcar, naturales y evitando postres en las comidas (cuándo), en los espacios de almuerzo y comida en casa y/o oficina (dónde), pidiéndole ayuda a mi pareja y mis compañeros y compañeras cuando haya dulce para que ellos lo coman o me recuerden también mi intención (con quiénes).
Te invitamos a realizar este ejercicio con todas las áreas de tu vida: Relaciones, familia, pareja, dinero, desarrollo profesional, etc.
En Trinidad queremos que este año sea de grandes logros y crecimiento en tu vida y en las de quienes amas, y esperamos que una de tus metas esenciales sea el cuidado de la salud mental/emocional.
¡Recuerda que estamos para acompañarte. No dudes en pedir apoyo. Es más fácil llegar a comprensiones de la mano de otro. En Trinidad hay un equipo de profesionales para atender tus necesidades.
Santiago Arjona Pachón
Equipo Trinidad