Una de las razones por las que se da la consulta, a menudo, es para hablar del amor; algunos expresan que lo han encontrado pero lo han perdido; otros, dicen nunca haber tenido un encuentro con el amor y otros, están en una encrucijada pensando en que no son buenos para el amor, o no saben si decidir entre un amor u otro.
La verdad, es que cuando comenzamos a hablar del amor, entramos en la construcción de vínculos, en la posibilidad de un encuentro, de estrechar y estar cerca unos de otros y ver que surge de esta unión.
Vamos a hablar del amor como el valor fundamental en toda relación, ya sea amor propio, filial, amor de pareja, o fraternal y en ocasiones hasta laboral.
Hemos idealizado el amor, y hemos creado formas de actuar cuando éste se presenta, es por esto que vamos a mirar algunas relaciones, y esperamos que tú, trates de observar cómo es para ti:
- Si hablamos de un amor de pareja, podemos confundirlo con fidelidad y la fidelidad con control.
- Si hablamos de un amor filial, es decir, de hijos a padres, podemos confundirlo con obediencia.
- Si hablamos de un amor de padres a hijos, podemos confundirlo con sacrificio.
- Si hablamos del amor a lo laboral, podemos confundirlo en ocasiones con dedicación y puede llegar hasta la obsesión.
Cuando hablamos del amor, se genera mucha confusión en lo que es el amor realmente, y es por esto que deseamos realizar esta reflexión, para que tú puedas preguntarte:
- ¿Qué es el amor para mí?
- ¿Cuándo me siento amado? Yo me siento amado cuando…
En ocasiones, el amor que recibimos de padres y familiares no fue el que esperábamos por diferentes razones, y estas carencias nos obligan a querer recibir un amor idealizado o imaginario que nos venden medios de comunicación, o fantasías que teníamos cuando éramos niños. Otras veces este amor confuso viene de las mismas carencias afectivas.
El amor es una construcción diaria en donde compartimos intereses y buscamos el bien estar de todos, incluyéndonos a nosotros mismos.
Es por esto que, si hablamos de amor, es importante plantearnos momentos de autocuidado y de cuidado a quienes amamos, esto no es dependencia. La idea es observar que deseamos recibir, en ocasiones son: palabras, obsequios, destalles, acciones o gestos. Muchas veces son actos sencillos, que realizados día a día, construyen una relación. No esperemos que el otro lea nuestra mente y adivine todo lo que deseamos, atrevámonos a expresarlo y a sentirnos bien por pedirlo. Esto es amoroso para todos.
Cuando vivimos el amor es importante que identifiquemos cuáles fueron nuestras experiencias sobre éste en la infancia y cuáles nuestros imaginarios. Y ya siendo adultos, nos permitamos reconstruir, restaurar o reformar el amor que vivimos en el pasado, para crear un amor real que se ajuste a nuestras necesidades, sueños y presente. De esta mezcla, es posible que salga un amor adulto que permita no sólo estar para otros o para mí mismo, sino que también, nos permita servir y crear comunidad o sociedad en donde estemos dispuestos a sostener vínculos duraderos y a construir redes de bienestar para todos. En trinidad creemos que esto es posible. Ven y busca con nosotros otras definiciones para el amor.
Paula Escobar Vélez
Terapeuta Equipo Trinidad.