Si bien El Cuidado es una característica intrínseca y esencial del ser humano, la cual permite la preservación de la vida, requiere tanto de la ciencia como del arte para su total comprensión y perfecta aplicación, y con una mirada holística, debe abarcar desde el cuidado del propio individuo, como el de los otros y de la comunidad, hasta la conservación de la madre naturaleza de la cual forma parte.
Necesitamos entonces como especie, hacer un alto en el camino y revisar el modo y el ritmo de vida que llevamos, para regresar al centro, a nosotros mismos, trabajando conscientemente por el bien-estar personal y colectivo, de tal forma que demos respuesta a las interrogantes que nos han planteado muchas veces, ¿somos del mundo, estamos en el mundo, o vivimos en el mundo? Estar en el mundo implica conciencia, presencia, pertenencia y responsabilidad, cuando estamos realmente articulados con el medio que habitamos, tanto interno (nuestro cuerpo), como externo (nuestra tierra), lo conservamos e incluso lo restauramos para no agotar los recursos que nos dan VIDA; desarrollamos más la capacidad de observación y de sentido común, sobre el cómo nuestras acciones por pequeñas que sean, influyen y ayudan en su mantenimiento y protección; entre más se conoce el sujeto a sí mismo, mayor es su actitud y disposición para cuidarse y cuidar todo lo que lo rodea.
La humanidad ha sobrevivido y se ha expandido gracias a que manifiesta de manera constante comportamientos de cuidado, al reconocerse vulnerable, a lo largo de su historia ha incorporado múltiples modos de cuidar para satisfacer su continuo estado de necesidades básicas y superiores y en especial para enfrentar la adversidad y la enfermedad.
El hombre precisa por lo tanto de cuidado para mantenerse sano y continuar vivo, requiere cuidar de si, para luego cuidar a otros, y en especial tener la disposición y porque no, una buena dosis de humildad para dejarse cuidar cuando le corresponda; esta triada del cuidado: “cuidarse, dejarse cuidar y cuidar a otros”, es una condición existencial que nos involucra a todos, necesitamos cultivarla como ética mínima y universal, con el compromiso auténtico desde el corazón, de proteger la vida misma, y de fomentar la cultura colaborativa del cuidado, que propicie una sociedad más justa donde nos cuidemos con mayor benevolencia los unos a los otros.
El proceso de cuidar implica diferentes actividades desarrolladas con base en el conocimiento, el pensamiento crítico (ciencia), la intuición y la creatividad (arte), para promover, sanar, mantener y recuperar nuestra integralidad, la cual se da en su totalidad cuando nos fortalecemos y nos apoyarnos los unos a los otros, estando en el mundo, atentos y dispuestos a servir y a brindar nuestro conocimiento desde la propia experiencia para alivianar el camino del otro.
Desde Trinidad promovemos el cuidado en todas sus dimensiones, te invitamos a que hagas parte de la comunidad PEBRES, concepto desarrollado por el Dr. Jorge Montoya C. quien dirige nuestro comité científico, para que obtengas valiosas herramientas que te permitan unir la ciencia y el arte; acompañar requiere de un deseo genuino de posibilitar en el otro el crecer y madurar, para encontrar nuevos caminos para estar y pertenecer al mundo.
Marta Cecilia Restrepo M.
Directora Trinidad Salud